En el marco de la ESCUELA CATÓLICA y con espíritu de colaboración y servicio a una Sociedad plural, la Entidad Titular de los Centros Educativos Vicencianos, Padres Pales e Hijas de la Caridad, ofrecen el Documento del Carácter Propio que define su misión educativa, orientada al desarrollo integral de la persona, según el Evangelio y con un estilo propio, inspirado en nuestros Fundadores: Vicente de Pal y Luisa de Marillac.
La Propuesta Educativa de la Escuela Vicenciana se sintetiza en los siguientes criterios y principios de actuación:
• Promueve la formación integral de los alumnos/as de acuerdo con una concepción cristiana del hombre y de la sociedad, y los prepara para participar activamente en la transformación y mejora de la sociedad, con estilo vicenciano.
• Favorece el crecimiento y la maduración de los alumnos/as en todas sus dimensiones.
• Da respuesta a una opción educativa que muchos padres reclaman.
• Se acoge a la financiación pública para garantizar la gratuidad de la educación y evitar toda discriminación.
• Cuenta con equipo de profesores y colaboradores que se comprometen a dar una educación propia del Centro.
• Sigue las orientaciones y los criterios pastorales de la Iglesia. Se inserta en la realidad socio-cultural del barrio.
• Se inserta en la realidad socio-cultural de cada lugar, como expresión de su identidad cristiana y de su vocación evangelizadora y se siente solidaria con las demás escuelas.
Educación cristiana y vicenciana:
La Escuela Vicenciana se compromete a una enseñanza de calidad con un estilo propio que haga presente la Buena Nueva del Evangelio. El espíritu vicenciano se caracteriza por los rasgos de:
• Una preocupación por los más débiles en su nivel económico, capacidad intelectual u otro tipo de limitación, de acuerdo con nuestra vocación de servicio.
• Un ambiente educativo que supone sencillez, acogida, respeto, confianza, alegra, austeridad, realismo, lealtad y generosidad.
• Una concepción de la educación que basa sus esfuerzos en la integración social de los alumnos, la sensibilización por los necesitados y la valoración del saber como medio para mejor servir a los demás.
• Una formación en la Doctrina Social de la Iglesia que fundamenta su compromiso cristiano.
• Una presencia de los educadores entre los alumnos que se basa en una relación personal, de cercana, convivencia y amistad.
• Un acompañamiento a los alumnos/as en su proceso de maduración en la fe, más allá del tiempo que permanecen en nuestra escuela, a través de movimientos de Pastoral Juvenil, especialmente de J.M.V. (Juventudes Marianas Vicencianas).